10/11/10

Roma 9: Mapas



BARRIOS:
1. Trastevere.......................................................................6. Campo de Marte
2. Palatino............................................................................7. Foros Imperiales
                     3. Foro Boario......................................................................8. Quirinal
                     4. Capitolio...........................................................................9. Subura
                     5. Foro Republicano...........................................................10. Esquilino 
Las siete colinas de Roma son una serie de promontorios que históricamente han formado el corazón de la ciudad de Roma. Situadas al este del río Tíber, este conjunto geográfico ha protagonizado numerosísimos pasajes literarios y son una referencia muchas veces repetida en la cultura popular.


Las siete colinas de la Roma antigua eran:
  • el monte Aventino (Collis Aventinus), (47 metros de alto).
  • el Capitolino (Capitolinus, que tenía dos crestas: el Arx y el Capitolium), (50 metros de alto).
  • el Celio (Caelius, cuya extensión oriental se llamaba Caeliolus), (50 metros de alto).
  • el Esquilino (Esquilinus, que tenía tres cimas: el Cispius, el Fagutalis y el Oppius), (64 metros de alto).
  • el monte Palatino (Collis Palatinus, cuyas tres cimas eran: el Cermalus o Germalus, el Palatium y el Velia), (51 metros de alto).
  • el Quirinal (Quirinalis, que tenía tres picos: el Latiaris, el Mucialis o Sanqualis, y el Salutaris), (61 metros de alto).
  • el Viminal (Viminalis), (60 metros de alto).
Estas siete colinas figuran de forma prominente en la mitología romana, su religión y su política; tradicionalmente, se cree que la ciudad original fue fundada por Rómulo y Remo sobre el monte Palatino (Collis Palatinus). Las primitivas siete colinas eran: Cermalus, Palatium, Velia, picos del monte Palatino, Cispius, Fagutalis, Oppius, picos del monte Esquilino, y Sucusa.


Inicial y tradicionalmente, las siete colinas fueron ocupadas por pequeños asentamientos que se agruparon y formaron una ciudad conocida como «Roma».


Los ciudadanos de las siete colinas comenzaron a participar en una serie de juegos religiosos que comenzaron a unir a los grupos. La ciudad de Roma nació por tanto una vez que los asentamientos comenzaron a actuar como grupo, drenando los valles pantanosos que los separaban y convirtiéndolos en mercados y foros.


El río Tíber es el tercero más largo de Italia con 405 km. Nace en los Apeninos, monte Fumaiolo, y atraviesa Umbría y Lazio , pasando por las ciudades de Perugia y Roma. En su curso hay numerosos puentes y algunos de gran valor histórico-artístico. Uno de los más importantes es el de la Isla Tiberina.
           Imagen que muestra la ciudad de Roma en la actualidad




Los romanos protegían sus ciudades con poderosas defensas, símbolos de su poder y prestigio. La primera muralla de Roma Muri Serviani, se atribuye al rey etrusco Servio Tulio, pero en realidad, como el resto de sus fortificaciones, tuvo su origen en los campamentos militares, castra y oppida.
Las murallas se construían con materiales sólidos, piedra de sillería y opus caementicium y contaban con puertas y torreones cuya anchura permitía el paso de carruajes y máquinas de guerra.
El largo período de pax romana hizo innecesarias las fortificaciones. La ciudad pasó a ser un núcleo abierto sin límites entre el área urbana y suburbana.
A partir del s. II d. C. las invasiones bárbaras obligaron a reforzar o construir nuevas murallas. Excepcionalmente, se fortificaron amplios territorios en zonas fronterizas, como el muro de Adriano en Escocia.
En la actualidad todavía se conservan numerosos recintos fortificados, destacando las murallas de Lugo y Tarraco (España) y las murallas Aureliana de Roma.




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